jueves, 1 de noviembre de 2012

♛.Capítulo 3.


DÍA TRES MIL CUATROCIENTOS SESENTA Y CUATRO.

“Nada más oír ese estruendo, se iluminó todo. Mis ojos se cerraron con fuerza y sin querer pude notar que varias lágrimas descendían por mi mejilla. Esa luz me hacía daño, demasiado. Demasiado tiempo sin ver nada y solo oscuridad y penumbra. Intenté abrir los ojos con todas mis fuerzas, pero éstos no respondían; me sentí débil y sin control de mi cuerpo. De repente noté cómo mi peso se convertía cual pluma que volaba libre y grácil, pero esta vez en vez de descender por la gravedad, ascendía lentamente. Mi respiración acelerada era lo único que se escuchaba. A medida que iba ascendiendo iba notando aire que rozaba lentamente con mi piel. Sentí que mi vello se me erizaba, sentí frío. Era cuando me dí cuenta de que cada vez llevaba más velocidad ascendente. Quería abrir los ojos, pero estos seguían cerrados y sin querer abrirse; parecía como si no me respondiera mi propio cuerpo. Notaba que estaba saliendo de algún lugar, pero no sabía de dónde.



Mis ojos dejaron de llorar automáticamente, pero no quise abrir los ojos… Sentí como cambiaba de dirección el aire, y noté que ahora descendía a una velocidad asombrosa. No me importaba mucho donde estuviera. Sabía que estaba libre, que estaba viva. Y con eso me sentía llena de dicha. De repente noté un ruido, y otros más… agudicé el oído para ver si podía al menos reconocer algunos de esos sonidos. Sí, les reconocí, eran animales voladores; concretamente búhos. Mi padre me habló varias veces de ellos cuando era niña, decía que su mirada era especial y que sobretodo siempre te protegerían por la noche cuando te sintieses sola y triste. Mi padre… no había pensado en él mucho, tampoco lo había hecho porque no había podido, pero por una extraña razón mis recuerdos estaban semi nublados. Les recordaba con poca nitidez y no sabía por qué. Recuerdo que mi padre me dijo que los recuerdos era lo único que nos mantenía en vida. Sin recuerdos, no hay vida. Mientras estaba pensando en ello, me dí un fuerte golpe en la cabeza, había llegado a algún sitio. Eso seguro.
Intenté abrir los ojos para inspeccionar dónde me encontraba, pero me fue imposible; me había dado tal golpe que me sentía cada vez más y más cansada. Mi mente estaba difusa y no podía buscar con claridad los recuerdos… “





¿?:Jó, como me gustaría ser ya mayor para poder mirarme mejor— dijo mirándose al espejo la niña. Era hija de unos padres humildes, que tenían una casa, una cama y apenas para comer.
Su madre murió al poco después de nacer la niña, y su padre buscó a una mujer que hiciera de madre para su hija, ya que él pensaba que tener unos padres era lo más importante para los hijos. Se volvió a casar al poco tiempo con una señora mayor que él, la tenía aprecio, pero no se consiguió enamorar de aquella señora. La señora, o madrastra de la niña hacía lo indecible por que se enamorara de ella, ya que ella estaba totalmente y perdidamente enamorada de él… A su pesar, el padre solo tenía ojos para la niña, que era el vivo recuerdo de su difunta mujer. El tiempo pasaba deprisa; la niña no tenía muchos amigos, era más bien solitaria, y tampoco buscaba en exceso la atención de su padre, era también muy inteligente para su edad. 






Como cada noche, veían en familia un programa de televisión de comedia que a la niña le gustaba mucho. Pero esa noche era diferente a cualquiera, se notaba la tensión en el aire. Han, el padre de la niña y su mujer Vanessa, se había mirado varias veces mientras la niña miraba la comedia con atención. Vanessa tenía una mirada que irradiaba miedo y pánico absoluto. Han la miraba seriamente y en sus ojos se podía ver una gran tristeza y desesperación…


Han: Cielo, vete a la cama ya, que tienes que descansar… — dijo con voz profunda a la niña.
Niña: Pero papá, todavía no se ha acabado el programa, y siempre me le dejas ver terminar… — protestó.
Han: Por favor cariño, sin protestas, vete ya a la cama, por favor.. — se le quebró la voz, y se pudo ver cómo le brillaban los ojos.
Vanessa: Es que nosotros también estamos muy cansados, iremos dentro de poco a dormir también. — dijo mientras miraba tristemente a Han.




Niña: Está bien, pero no sé que os pasa de verdad…
La niña se dirigió a su cuarto, bueno y al de sus padres… Al ser casi una chabola, compartían habitación los tres. Se desvistió deprisa, y se metió en la cama, aunque no tenía mucho sueño. 




Un bostezo vino a su delicada y pequeña boca, y otro más hasta que se quedó profundamente dormida. No pasó 
mucho tiempo, cuando unos ruidos y gritos la despertaron. La niña se pensó que era una pesadilla, pero se pellizcó y se dio cuenta de que no. Valientemente, se levantó de la cama, y fue al salón, de donde provenían los gritos…
La escena que vió creo que no fue de su agrado. La niña se quedó inmovilizada. No sabía que hacer.




Su padre estaba inmóvil apoyado en el sofá, parecía que estaba inconsciente, aunque aparentemente sin ningún rasguño o golpe físico. Por el contrario, su madrastra, estaba arrodillada a su lado llorando desconsoladamente y pidiendo perdón todo el rato. Alrededor de ellos dos señores que vestían de negro y su cara estaba tapada por unas gafas negras y una gorra, también negra. Al verme, la expresión de uno cambió…




Chico1: Vaya vaya, mira quién tenemos por aquí, a la niña esta…
Chico2: Ya sabes lo que hay que hacer, deja de mirarla con esa cara, que es una niña. — inquirió. — Cógela.
En ese momento Han tembló y se pudo oír un susurro apagado diciendo que no.
Chico1: Jajajajajaja. Sabes viejo que es el destino de tu hija, y pagarás por haberla escondido aquí tanto tiempo. ¿Te pensabas que no la íbamos a encontrar? Necio estúpido.
Chico2: Te he dicho que dejes de hablar y cojas a la maldita niña de una vez.  No te preocupes Han, no la vamos a matar ya lo sabes… Es lo único que te puedo decir y prometer. Pero, desgraciadamente sabes que esto no termina aquí, vosotros dos vais a pasar a mejor vida ahora mismo. — diciendo esto, con un manejo rápido de manos y diciendo unas palabras extrañas, exterminó a los padres de la niña.

Al otro chico no le dio tiempo a tapar los ojos a la niña para que no viera tal crueldad, aunque tampoco le importaba demasiado que se traumatizara.


La niña se quedó petrificada. Vió como un hombre desconocido mató a su padre. A lo único que tenía en esa vida. Al único que la había querido siempre, y que siempre estuvo a su lado.
El chico de negro la cogió como un saco de patatas.
Chico1: Vamos, no te preocupes por esos falsos, no son tus padres.
Chico2: Vámonos rápido, no podemos ser descubiertos, tápala la boca para que no grite.
La niña no tenía intención de chillar ni de gritar, se quedó muda presa del pánico.  Volvió a mirar por última vez a los cadáveres que yacían en el salón de su chabola…”




“La mirada de la niña se fue poco a poco difuminando, y fue cuando mis ojos se abrieron.”



“No lo podía creer cuando desperté de ese extraño sueño… Me resultaba demasiado familiar, pero no sabía de qué.  Parpadeé varias veces, por lo menos sabía que estaba despierta y viva. Con solo eso ya estaba reconfortada.  Me levanté del suelo, estaba en una especie de bosque, no sabía dónde estaba, pero también me resultaba familiar…
Dirigí temblorosa una pierna hacia delante para andar. Pude hacerlo. Sonará extraño, pero me invadió una tremenda felicidad, por fin tenía el suelo a mis pies. Pero tenía que hacer como esa niña, tener un sitio donde dormir, no me iba a quedar durmiendo en un bosque todo el rato, debía de explorar el mundo en el que me encontraba.  Por otra parte, me sentía sola, pero no tenía ganas de relacionarme con ningún extraño. Un búho a lo lejos empezó a ulular, y luego otro… y otro más. Miré hacia arriba y ví a uno. Sonreí.
—Vosotros… siempre estaréis conmigo— susurró.”


sábado, 20 de octubre de 2012

♛.Capítulo 2.

DÍA TRES MIL CUATROCIENTOS SESENTA Y TRES.



     ¿?: ¡La chica ha despertado! No esperaba que despertara tan pronto... ¿Estará totalmente preparada? Creo que aún   no estaba modificada completamente. — suspiró—¡Lucrecia, ven aquí!


 Lucrecia: ¿Qué pasa Lucius? ¿Por qué estás tan alborotado? Ya sabes que no debemos de hacer ruido innecesario... 

Lucious: Cállate y ven aquí. Mira la pantalla del ordenador, la chica ha despertado.

Lucrecia: Pero... ¿ya? ¿Cómo puede ser? Hemos estado vigilándola constantemente estos últimos meses y no hemos detectado ninguna constante paranormal. Yo misma he estado estudiándola con recelo ya que teníamos que instalar el DMF en su cerebro e implantar unas nuevas características... ¿O es que ya estará modificada? ¿Hay alguien más que nosotros vigilándola? ¿Y si...?

Lucius: Callaté ya — dijo enfurecido— es obvio que estará completamente modificada, si no fuese así ¿por qué ha despertado? No tiene ningún sentido. — Se dió media vuelta y gritó — ¡Tú! — llamaba a un elfo que se encontraba en la misma habitación que ellos trabajando. — Avisa a los superiores, tenemos que tomar una decisión y rápido. Nos jugamos mucho en poco tiempo... ¿Es que no me OYES? Como no te muevas haré que te pudras maldito elfo...


Elfo: Ya voy, si no me chillaras lo haría con más gusto — contestó de mala gana — Por cierto tengo nombre, no me llames elfo, llámame Arahel...

Lucius: ¡Me da igual cómo te llames! ¿Me ves cara de interesado? ¡Haz lo que te digo ya!

Arahel: ... — marchó de la habitación.

Lucrecia: Lucius, deberías de ser más amable, que no se te suba el poder a la cabeza hermanito. Sabes que en cualquier momento esta misión puede fallar, y si falla...

Lucious: Sé lo que pasará, no hace falta que me lo recuerdes — dijo a regañadientes — Y también sé que hay que hacerse respetar.

(Un tiempo después)


Lucrecia: Acaban de mandarnos las órdenes por fax — dijo leyéndolas y añadió — ya sabes que tienes que hacer Lucius.

Lucius: Bien, no me parece bien lo que han optado por hacer, pero nosotros cumplimos órdenes, no las mandamos así que... ¡Buena suerte chica! — empezó a reírse a carcajadas.

(....)


"Era un sonido extraño, me dolían los oídos, parecía como si fuera a reventar el sitio donde me encontraba. En ese momento no me importaba reventar y desaparecer de una vez. ¿Para qué quería seguir viviendo? Tendría que estar toda la eternidad contando los segundos que pasaban mientras me pudría en ese oscuro lugar... Intentaba por todos los medios cerrar los ojos y volver a dormir, pero esta vez para siempre. No tenía esperanza alguna... ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía allí?... Eran tantas las preguntas y tan pocas las respuestas. No valía para nada preguntarse,y ¿la religión? Nunca había creido en nada ni en nadie... Pero no tenía nada que perder, ¿en mi situación debería de creer, debería rezar...? Lo intentaría.

En ese momento fue cuando apreté los ojos con fuerza y deseé con todas mis fuerzas que si existía alguien bondadoso, que me sacara de allí. Aunque fuera muerta, por lo menos mi espíritu rondaría felizmente libre... "

—¡¡KRAABROOOMMM!!— " Un ensordecedor estruendo me hizo salir de mis ensoñaciones. De repente un haz de luz lo iluminó todo..."



sábado, 13 de octubre de 2012

♛.Capítulo 1.


DÍA TRES MIL CUATROCIENTOS SESENTA Y dos.




"¿Cuánto tiempo llevaba allí? Parece que fue ayer cuando esos hombres me encerraron y caí en un estado de coma profundo. Pero no, sabía que llevaba muchos años, demasiados. Sigo sin comprender por qué me habían encerrado allí, ¿hasta dónde podía llegar la maldad humana? Eran preguntas que pasaban por mi mente atormentándome por lo que me podía pasar... ¿Por qué he despertado? ¿Por qué ahora? En ese momento sentí miedo, mucho miedo. No me sentía capaz ni de abrir los ojos, quizás es porque han estado demasiado tiempo cerrados, pero tampoco podía moverme. Era como si una parte del cuerpo estuviera viva y las demás no. ¿Estaré todavía soñando? Yo misma me temía la respuesta: No.
Aunque estuviera en la más absoluta oscuridad mis ojos querían abrirse, querían ver. Lentamente fui parpadeando y abriendo los ojos, no veía nada, estaba en medio del vacío y de la nada. Ni siquiera veía mi cuerpo. Tampoco sentía mis pies, probé moverles, y sentí como si mi cuerpo de repente pesara una tonelada, y descendiera rápido. Era una sensación extraña, puesto que no notaba nada, ni aire ni nada. Sabía que oxígeno debía de haber, ¿cómo podía respirar si no lo hubiera?
Parecía como si estuviera flotando en el vacío; intenté utilizar los otros sentidos, el olfato, pero desgraciadamente no olía a nada, ningún aroma, nada. Me sentía la más desgraciada del mundo, ¿por qué? ¿por qué a mí? Pensé que igual me había despertado antes de tiempo, que igual todavía no había sido creada o modificada bien por esas personas extrañas. Solo me quedaba esperar, pero ¿cuánto tiempo? Ahí había perdido absolutamente la noción del tiempo, no sabía ni cuando pasaba un segundo. Me repetí a mi misma que solo me quedaba esperar y ser paciente. Cerré otra vez los ojos..."



"Cuando de repente, oí..."

viernes, 12 de octubre de 2012

♛.Intro.

Día tres mil cuatrocientos sesenta y uno.


"Llevo años sin ver la luz del Sol, y no sé por qué. Unos tipos extraños me raptaron cuando tenía 11 años, mis padres intentaron protegerme y acabaron muertos. Mientras lloraba y gritaba, un hombre me pegaba diciéndome que me callara... Los segundos pasaban lentamente. Otro hombre con una cara muy extraña le dijo al otro que no me tocara, que era la "Elegida". Desde ese momento fui llevada a unas instalaciones y de eso recuerdo pocas cosas; sé que me utilizaban como una rata de laboratorio. Mucho tiempo después me encontraba en la penumbra, en la oscuridad total.

 Hasta que... desperté."